Azúcares en alimentación infantil: ¿en qué debemos fijarnos?

NEREA SARRIÓN SOS
Pediatra
Autora Blog “NereaPediatra”


Durante los últimos años ha aumentado considerablemente la preocupación por la salud infantil, especialmente en lo que respecta a la alimentación. El contenido en azúcares libres de la dieta durante la infancia es un tema recurrente en numerosas charlas entre familias y consultas en Pediatría. Y aunque cada vez existen más conocimientos acerca de los peligros de su consumo de forma habitual, los datos revelan un aumento creciente en el consumo de estos productos.

Podríamos añadir además la dificultad que supone el hecho de que este azúcar añadido generalmente no se detalla en el etiquetado de los alimentos, y cuando aparece, no es fácil de leer y comprender para las familias.

Por todo esto, vamos a intentar proporcionar información clara y precisa sobre los azúcares en la dieta de los más pequeños para ayudar en la toma de decisiones informadas.

¿Cómo afecta el azúcar a la salud infantil?

Las enfermedades no transmisibles constituyen la principal causa de mortalidad. Los factores de riesgo modificables, como la mala alimentación y la falta de ejercicio físico se encuentran entre las causas más frecuentes de estas enfermedades1. Por ello, el consumo creciente de productos azucarados en la infancia lo ha convertido en un problema de salud pública, debido a los efectos negativos en su salud a corto y a largo plazo. Algunas de las enfermedades crónicas más asociadas al excesivo consumo de azúcar son:1,2,3,4

Sobrepeso y obesidad infantil: el azúcar aporta calorías vacías, proporcionando energía con pocos o ningún valor nutricional y contribuyendo con ello al aumento de peso y a la obesidad. Estas enfermedades aumentan además el riesgo de otras patologías como la diabetes tipo 2, hipertensión y enfermedades cardiovasculares5.

Problemas dentales: el azúcar es una de las principales causas de caries dental, ya que las bacterias presentes en la boca se alimentan del azúcar y los ácidos producidos dañan el esmalte dental6.

Enfermedades cardiometabólicas: un consumo elevado de azúcar está relacionado con un mayor riesgo de desarrollar trastornos metabólicos como la resistencia a la insulina, que puede preceder a la diabetes tipo 27. Además, el exceso de azúcar puede alterar el metabolismo de las grasas (dislipemias) y provocar la acumulación de grasa abdominal8.

Problemas de conducta y concentración: el consumo excesivo puede provocar cambios en el comportamiento, irritabilidad y dificultades para concentrarse debido a los picos altos de glucosa que se generan seguido de caídas bruscas. Además, puede contribuir al desarrollo de trastornos de la conducta, alteraciones psicológicas y enfermedades mentales9.

Tipos de azúcares: diferencia entre azúcares intrínsecos y añadidos

El azúcar es un hidrato de carbono simple cuya función principal es proporcionar energía rápida al organismo. Además, son utilizados como edulcorantes para dar palatabilidad a los alimentos y bebidas, para la conservación de alimentos, y para conferirles ciertas características10. Se puede clasificar el azúcar en dos tipos:11,12

• Azúcares naturales o intrínsecos (naturalmente presentes): azúcar presente de forma natural en los alimentos sin procesar ni licuar. Por ejemplo, son los que se encuentran en frutas, verduras, hortalizas, cereales naturales y lácteos. Estos azúcares no predisponen a padecer enfermedades, por lo que no se aplican limitaciones.

• Azúcares libres: azúcares añadidos o producidos en la elaboración culinaria por los fabricantes, los cocineros o los consumidores. También se encuentran presentes de manera natural en la miel, jarabes y zumos de frutas. Estos azúcares se recomiendan limitar, e incluso evitar, por los problemas que pueden generar a corto y largo plazo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que el consumo de azúcares libres no supere el 10% de las calorías totales diarias. Aún más, la propia OMS sostiene que, una reducción por debajo del 5% produciría mayores beneficios para la salud. En España, la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) plantea igualmente no superar el 10% de la energía a partir de azúcares añadidos, y aconseja además un consumo opcional y ocasional10. La Sociedad Europea de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica (ESPGHAN), en la misma línea, recomienda reducir la ingesta de azúcares libres a menos del 5% de la energía total en niños y adolescentes, y evitar su consumo antes de los 2 años13.

Hay que destacar que las anteriores recomendaciones y limitaciones se centran solo en los efectos de la ingesta de azúcares libres o añadidos, y no en los intrínsecos (p. ej. fructosa en frutas, lactosa en leche y lácteos). Este límite es en base al impacto calórico que tienen en la dieta y por tanto a los potenciales problemas asociados a un excesivo aporte energético (mayor riesgo de sobrepeso/obesidad). Sin embargo, como anteriormente hemos mencionado, el consumo excesivo de azúcar se ha asociado con diversos riesgos en la salud13.

Edulcorantes: ¿qué son? ¿debemos utilizarlos?

Los edulcorantes son sustancias que se utilizan para endulzar los alimentos y bebidas, y suelen presentar un contenido calórico menor que el azúcar común o, en algunos casos, no aportar calorías. Se utilizan en productos dietéticos, sin azúcar o bajos en calorías, y en personas que desean reducir su ingesta de azúcar. Los edulcorantes pueden ser de origen natural o sintético (lo cual no indica que unos sean más saludables que otros):

• Edulcorantes naturales son aquellos que provienen de fuentes naturales como plantas o frutas (miel, Stevia, jarabe de arce, fructosa, azúcar de coco…).

• Edulcorantes artificiales son productos sintéticos que imitan el sabor dulce (se usan en pequeñas cantidades porque tienen un poder edulcorante muy importante) pero no aportan calorías o aportan muy pocas (aspartame, sucralosa, sacarina, ciclamato…).

• Edulcorantes de alcoholes de azúcar, que derivan de este último pero modificados para no ser tan calóricos ni elevar tanto los niveles de glucosa en la sangre (sorbitol, xilitol, eritritol)

El impacto de los edulcorantes para la salud depende del tipo y de la cantidad consumida. En general los edulcorantes tienen menos calorías que el azúcar y pueden ayudar a controlar el aumento de peso. Algunos edulcorantes, en concreto los naturales, pueden aumentar los niveles de glucosa. Los alcoholes de azúcar pueden causar problemas digestivos cuando son consumidos en grandes cantidades (diarrea, gases, hinchazón). Algunos estudios sugieren que los edulcorantes artificiales podrían alterar la microbiota intestinal, afectando la digestión, el metabolismo y la respuesta inmunológica (aunque se requieren de más estudios que confirmen estos efectos). Otros estudios han mostrado que edulcorantes como el xilitol pueden ser beneficiosos para la salud dental14,15,16.

El uso de edulcorantes como alternativa podría ser una opción para reducir el consumo de azúcar, reducir la ingesta calórica y controlar el aumento de peso, pero deben ser consumidos con moderación.

¿Cómo identificar el azúcar añadido en los alimentos envasados?

El azúcar está presente en una gran variedad de alimentos y bebidas, pero viene detallado en el etiquetado con diferentes denominaciones ya que existen multitud de tipos de azúcares que se añaden a los alimentos. Por este motivo, es de vital importancia revisar el etiquetado de éstos y saber reconocerlo17. Las recomendaciones serían:

1º Revisar la lista de ingredientes: la lista de ingredientes está organizada en orden descendiente, desde aquel ingrediente que está en mayor cantidad hasta los que están en menor cantidad. Algunos ingredientes son formas de azúcares o edulcorantes:

• Azúcar (sacarosa), azúcar de caña, integral, moreno, de coco, de remolacha
• Jarabe de… arroz, maíz, fructosa, glucosa, almíbar, melaza, manitol, xilitol, sorbitol
• Miel, panela, melaza,
• Sirope de… agave, dátil, caña, malta, arce
• Zumo/Jugo concentrado
• Sufijo «-osa», como maltosa, fructosa, glucosa, sucrosa, dextrosa, etc.

Si en la lista de ingredientes aparece alguna de estas denominaciones podemos afirmar que el alimento contiene azúcares libres o añadidos.

2º Mirar la tabla nutricional y chequear la cantidad de azúcar total, que nos dará una idea de la cantidad de azúcar del alimento. Sin embargo, no siempre vamos a poder encontrar el contenido de azúcares libres o añadidos. Es el ejemplo de los lácteos, alimentos en cuyo etiquetado el azúcar total equivale a su contenido en lactosa, carbohidrato naturalmente presente, no añadido.

3º Verificar los edulcorantes artificiales: algunos productos utilizan edulcorantes artificiales o sustitutos del azúcar que, aunque no contribuyan a aumentar la ingesta calórica, pueden influir en la percepción del gusto dulce o en el apetito.

4º Fijarse en el contenido de fibra. Los alimentos con más fibra tienden a tener un menor impacto en los niveles de azúcar en sangre. Sin embargo, productos con mucho azúcar y poca fibra (como refrescos o golosinas) deben evitarse.

¿Cuál es el consumo de azúcar en población infantil y qué alimentos son los que más aportan?

Según un estudio recientemente publicado el consumo medio de azúcares añadidos en niños españoles es de 55,7 gramos/día10, muy alejado de la recomendación de la EFSA de no sobrepasar el limite máximo de 25 gramos/día22.

El azúcar añadido se encuentra en una gran variedad de alimentos9,18,19. Si profundizamos en la procedencia del mismo, los alimentos que más contribuyen a la ingesta de azúcares añadidos en las dietas de los niños son en un 65% alimentos con una densidad nutricional nula o muy baja, como el azúcar blanco (añadido directamente), mermeladas, salsas, golosinas, cacao en polvo, refrescos, helados, galletas, néctares de fruta, pastelería y bollería industrial, barras de chocolate, bizcochos y repostería casera, bebidas energéticas y/o para deportistas. (TABLA 1)


TABLA 1. Procedencia del 65% de azúcar añadido consumido por niños en España. Fuente: Palma-Morales et. al.18

El restante 35% proviene de alimentos y/o productos con una mayor densidad nutricional. De densidad media, postres lácteos, bebidas vegetales y yogures azucarados o saborizados; y de densidad alta, batidos envasados con al menos un 90% de leche, cereales de desayuno y leches infantiles enriquecidas.
La recomendación debe ser limitar lo máximo posible el consumo de estos alimentos, sobre todo de aquellos con una baja densidad nutricional, es decir, que no tienen un aporte nutricional significativo adicional más allá del simple aporte de azúcar.

Consejos para reducir el consumo de azúcar y sugerencias saludables

1. Leer las etiquetas: es fundamental enseñar a los padres y cuidadores a leer las etiquetas de los alimentos para identificar el azúcar añadido para poder elegir productos con menor contenido de azúcar añadido.
2. Ofrecer alternativas al azúcar añadido:
o Frutas frescas o deshidratadas
o Edulcorantes naturales: productos como la stevia o el jarabe de arce podrían usarse con moderación como sustitutos del azúcar refinado23,24,25.
o Frutos secos y semillas
3. Evitar bebidas azucaradas: optar por agua para beber, evitando en la infancia el consumo de refrescos, zumos y otras bebidas azucaradas con baja densidad nutricional.
4. Cocinar en casa: preparar las comidas en casa permite controlar mejor los ingredientes y sobre todo el azúcar añadido a estos alimentos (entre otros).
5. Educación sobre hábitos saludables: fomentar hábitos saludables desde la infancia, enseñándoles la importancia de una alimentación equilibrada y saludable, así como a leer etiquetas.

Conclusión

El consumo excesivo de azúcar es un problema en aumento que afecta a los niños de todo el mundo y que está vinculado con una mayor probabilidad de sobrepeso y obesidad infantil y mayores posibilidades de presentar enfermedades crónicas en el futuro.

Por todo ello es fundamental adoptar medidas a diferentes escalas para asegurar la salud de las futuras generaciones. Se conocen sus efectos negativos, que van desde la obesidad hasta problemas dentales y metabólicos21, lo que hace que sea crucial involucrar a todos los sectores:

– a padres y cuidadores para lograr pequeños cambios que lleven a unos adecuados hábitos alimenticios que ayuden a crecer de manera saludable y que perdurarán en el tiempo y con beneficios a corto, medio y a largo plazo.

-a los gobiernos para invertir en la salud futura de la población regulando el sistema de etiquetado y haciendo cumplir las recomendaciones de la OMS en lo que al consumo de azúcares libres refiere: La OMS recomienda reducir el azúcar añadido en las dietas infantiles a menos de un 10% de la ingesta calórica total, y nunca antes de los 2 años1. En este sentido sería deseable una diferenciación entre azúcares totales y azúcares libres o añadidos en los alimentos.

-a las empresas fabricantes de productos alimentarios para que reduzcan o eliminen el azúcar añadido a los alimentos y ofrezcan productos saludables y nutritivos.

La recomendación general debe ser limitar en la dieta infantil cualquier producto que lleve azúcares añadidos, sobre todo aquellos que presentan una baja o nula calidad nutricional y si se ofrecen en la dieta que sea siempre en un consumo muy ocasional, nunca a diario.

Debe promoverse el consumo de alimentos que aportan azúcares naturalmente presentes, como las frutas (fructosa) o la leche materna, de vaca u oveja (lactosa) y aumentar el consumo de alimentos integrales, frutos secos y verduras frescas.

PUBLICACIONES


«Especial evidencias Omega 3 DHA»

Autores: Instituto Puleva de Nutrición

Bibliografía
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