Los lácteos como aliados de la salud: menos riesgo de cáncer, diabetes y enfermedades cardiovasculares

Los lácteos han acompañado a la dieta humana desde hace unos 8000 años y siguen ocupando un lugar destacado en la mayoría de las guías alimentarias. Estos alimentos son fuente de proteínas de alta calidad, minerales esenciales como calcio, fósforo y zinc, además de vitaminas del grupo B y vitamina A. Se recomienda consumir entre 2 y 3 raciones al día, aunque la mayoría de las personas no alcanza estas recomendaciones.

En los últimos años, el interés científico por los lácteos ha aumentado, ya que diversas revisiones sugieren que su consumo puede asociarse con un menor riesgo de enfermedades no transmisibles, como problemas cardiovasculares o diabetes tipo 2. No obstante, el hecho de que algunos lácteos contengan ácidos grasos saturados ha generado cierta cautela en las recomendaciones.

Por otro lado, los lácteos fermentados, como el yogur o el kéfir, despiertan especial interés: sus probióticos parecen aportar beneficios adicionales para la salud intestinal, bucodental e inmunitaria.

Ante la relevancia cultural de los lácteos y el impacto de las enfermedades crónicas en la salud pública, es importante seguir evaluando de manera amplia la evidencia científica. En este contexto, las revisiones exploratorias de revisiones sistemáticas permiten mapear lo que sabemos, y lo que aún desconocemos, sobre los efectos del consumo de lácteos en distintos aspectos de la salud, incluyendo cáncer, salud ósea, composición corporal, mortalidad y funciones cognitivas.

El estudio

Esta revisión se registró en Open Science Framework y siguió la guía PRISMA. Se realizó una búsqueda en Medline, Embase y Web of Science (2014–2024) para identificar revisiones sistemáticas y metaanálisis sobre el consumo de lácteos en adultos y su relación con distintos resultados de salud, como enfermedades cardiovasculares, cáncer, diabetes tipo 2, salud ósea, composición corporal y mortalidad.

Se aplicaron criterios estrictos, excluyendo estudios en población infantil, productos lácteos no bovinos o suplementos. La selección y extracción de datos se llevó a cabo con herramientas especializadas (Rayyan, Elicit) y fue revisada por varios investigadores para garantizar calidad y consistencia.

Principales resultados

Esta revisión exploratoria recopiló la evidencia disponible sobre el consumo de lácteos y su relación con distintos resultados de salud. En conjunto, casi la mitad de las asociaciones estudiadas no mostraron efectos adversos, y la mayoría de los datos apuntan a un impacto neutral o beneficioso, en especial frente a enfermedades no transmisibles como las cardiovasculares, la diabetes tipo 2 y algunos tipos de cáncer.

El consumo total de lácteos mostró asociaciones predominantemente positivas o neutras. En particular, se observó menor riesgo de enfermedades cardiovasculares, ciertos tipos de cáncer (vejiga, mama, colorrectal, oral), diabetes tipo 2, sobrepeso/obesidad y problemas articulares. En general, no se encontraron vínculos con efectos adversos relevantes.

La leche presentó un perfil de riesgo moderadamente favorable, con asociaciones protectoras frente a cáncer colorrectal, oral y de vejiga, además de posibles beneficios sobre la salud cardiovascular y la hipertensión. Sin embargo, algunos informes señalaron un aumento potencial del riesgo de cáncer de próstata, mama, hígado y linfoma no Hodgkin, aunque la evidencia sigue siendo inconsistente.

El yogur y otros lácteos fermentados, como el kéfir, fueron los productos con asociaciones más sólidas hacia la protección de la salud. Se vincularon a un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, mortalidad y diversos cánceres (vejiga, mama, colorrectal, hígado, esófago, oral). Estos beneficios podrían explicarse por su aporte de probióticos y compuestos bioactivos con propiedades antiinflamatorias. No obstante, aunque la evidencia en yogur es amplia, la relativa a otros fermentados sigue siendo más limitada.

Los resultados sobre el queso fueron más heterogéneos. A pesar de su contenido en grasas saturadas y sodio, la mayoría de los estudios no reportaron un mayor riesgo cardiovascular; incluso algunos destacaron beneficios metabólicos relacionados con sus ácidos grasos específicos y la reducción del colesterol LDL. Sin embargo, persisten dudas sobre un posible aumento del riesgo de cáncer de próstata y diabetes tipo 2, sin conclusiones definitivas.

La relación entre lácteos y salud ósea en adultos fue poco estudiada en comparación con la abundante evidencia en infancia o con suplementos de calcio. Por ello, los datos actuales en población adulta son limitados y no permiten establecer conclusiones sólidas.

Conclusión

La evidencia actual sugiere que los lácteos, lejos de ser perjudiciales, suelen asociarse con efectos neutros o incluso protectores sobre la salud, especialmente en el caso del yogur y otros productos fermentados. No obstante, las diferencias observadas entre tipos de lácteos, como en el caso del queso, muestran que aún queda mucho por investigar.

Para comprender con mayor precisión esta compleja relación, serán clave estudios más rigurosos y continuos que reflejen mejor cómo varían nuestros hábitos alimentarios a lo largo del tiempo. Solo así podremos avanzar hacia recomendaciones dietéticas más sólidas y estrategias de prevención más efectivas frente a las enfermedades crónicas.

Fuente
El artículo está disponible en el siguiente enlace (versión original en inglés).

Referencia
Akyil, S., Winkler, S., Meyer, D., Kiesswetter, E., Kussmann, M., Schwingshackl, L., & Hauner, H. (2025). Association between dairy intake and multiple health outcomes: a scoping review of systematic reviews and meta-analyses. European journal of clinical nutrition, 10.1038/s41430-025-01639-5. https://doi.org/10.1038/s41430-025-01639-5

Elaboración y revisión del artículo científico
El presente contenido ha sido elaborado y revisado por colaboradores de la Fundación Iberoamericana de Nutrición (FINUT) y de SNH Global