Salud ósea femenina: ¿cómo afectan los lácteos? ¿y la soja?
CASANDRA MADRIGAL ARELLANO
Doctora en Nutrición y Ciencia de los Alimentos por la Universidad de Granada
Colaboradora de la Fundación Iberoamericana de Nutrición FINUT y de SNH Global
El hueso es un tejido dinámico que se renueva continuamente mediante formación y resorción. Durante el crecimiento predomina la formación, pero tras los 40 años, especialmente en mujeres posmenopáusicas debido a la caída de estrógenos, aumenta la resorción, elevando el riesgo de osteoporosis y fracturas por la pérdida de densidad mineral ósea (DMO). Esta enfermedad, marcada por baja DMO y deterioro de la microarquitectura ósea, afecta de manera desproporcionada a las mujeres. Además de la deficiencia de estrógenos, la obesidad y la inflamación crónica de bajo grado son factores modificables que alteran el microambiente de la médula ósea, reducen la osteogénesis y favorecen la adipogénesis, comprometiendo el equilibrio del tejido óseo.
La nutrición desempeña un papel clave: se ha asociado el consumo de lácteos con menor riesgo de baja DMO y fracturas, mientras que la soja aporta proteínas de calidad e isoflavonas con actividad estrogénica. Sin embargo, el procesamiento de estos alimentos (leche líquida frente a leche en polvo, soja entera frente a bebidas de soja) modifica la biodisponibilidad de proteínas e isoflavonas, lo que influye en sus efectos. Asimismo, las restricciones dietéticas (veganismo, intolerancia o alergia a la lactosa) impulsan la búsqueda de alternativas como la soja. A pesar de su relevancia, aún no está claro si los lácteos superan a la soja ni cómo se comparan las distintas formas dentro de cada grupo.
A nivel de nutrientes, se recomienda el consumo de proteínas, calcio y vitamina D para mejorar y mantener la salud ósea, aunque la evidencia sobre la suplementación aislada de calcio y vitamina D es inconsistente. Las proteínas, en cambio, muestran beneficios más sólidos, pero con resultados heterogéneos. En particular, las proteínas lácteas y la de soja difieren en su perfil de aminoácidos, y el papel específico de las isoflavonas aún no está completamente definido.
El estudio
Este estudio, registrado en PROSPERO y siguiendo las directrices PRISMA, realizó una búsqueda sistemática en PubMed, Embase, Cochrane Library y Web of Science hasta febrero de 2025, incluyendo ensayos clínicos aleatorizados en mujeres adultas sanas que evaluaran productos lácteos, proteínas derivadas de la leche, soja o isoflavonas, con resultados en DMO o marcadores de remodelación ósea. Se llevaron a cabo metaanálisis en red para comparar intervenciones tanto a nivel de clase de alimentos como de componentes bioactivos.
Un análisis pionero
Este metaanálisis en red es el primero en evaluar de forma integral los efectos de los productos lácteos y de soja, así como de sus componentes bioactivos (proteínas e isoflavonas), sobre la salud ósea en mujeres sanas. Se incluyeron 60 ensayos clínicos aleatorizados, con un total de 6284 participantes.
Principales hallazgos
A nivel alimentario: no se observaron mejoras estadísticamente significativas en la DMO ni en marcadores de remodelación ósea. Sin embargo, la leche y la combinación leche + yogur obtuvieron las puntuaciones más altas en el ranking, lo que podría deberse a un efecto sinérgico entre calcio, proteínas, vitamina D y probióticos del yogur.
A nivel de componentes bioactivos: la proteína de suero fue la intervención más eficaz, especialmente cuando se combinó con caseína. La proteína de soja también mostró resultados relevantes, superando incluso a la caseína aislada o a la proteína básica de la leche. En cambio, las isoflavonas solas tuvieron un efecto mínimo, lo que sugiere que su acción depende de la interacción con la proteína de soja.
Mecanismos y factores moduladores
La proteína de suero se digiere rápido y está llena de aminoácidos esenciales. Esto ayuda a que el cuerpo active procesos que fortalecen los huesos, estimulando a las células que los forman (osteoblastos) gracias a la regulación de hormonas como el IGF-1 y a la activación de rutas celulares que favorecen el crecimiento óseo.
La soja, gracias a sus proteínas e isoflavonas, mostró efectos osteogénicos superiores a la caseína, en este caso, en algunos modelos animales.
El Índice de Masa Corporal (IMC) influyó en la eficacia:
En mujeres con IMC bajo, la proteína básica de la leche fue la más beneficiosa.
En mujeres con IMC alto, la proteína de suero (sola o combinada con caseína) resultó más efectiva, probablemente por sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes, que contrarrestan la inflamación asociada a la obesidad.
Importancia de las proteínas
Aunque tradicionalmente el calcio y la vitamina D han sido considerados claves para la salud ósea, la evidencia reciente cuestiona su beneficio cuando se administran de forma aislada. Por el contrario, las proteínas de alta calidad, en especial la de proteína del suero de la leche, parecen desempeñar un papel fundamental al estimular las vías anabólicas y favorecer la actividad de los osteoblastos (formación ósea).
Este trabajo aporta información valiosa para diseñar estrategias nutricionales específicas: Los lácteos, en especial cuando se consumen en combinación con yogur, podrían ofrecer ventajas adicionales. Las proteínas de suero y de soja se perfilan como los componentes más osteoprotectores. El perfil corporal (IMC) puede ser determinante a la hora de recomendar suplementos proteicos o alimentos funcionales enfocados en la salud ósea.
Conclusión
En definitiva, este estudio refuerza la idea de que la nutrición puede ser una herramienta estratégica para cuidar la salud ósea de las mujeres. Aunque ningún alimento lácteo o de soja destacó de forma contundente frente al control, la combinación de leche y yogur mostró un mayor potencial. A nivel de componentes, la proteína de suero, especialmente cuando se combina con caseína, y la proteína de soja emergen como los aliados más eficaces para mejorar la densidad mineral ósea. Además, el papel del IMC subraya la importancia de avanzar hacia recomendaciones nutricionales personalizadas. Estos hallazgos abren la puerta a nuevas estrategias dietéticas basadas en evidencia, donde los lácteos y la soja pueden desempeñar un papel clave en la prevención del deterioro óseo.
Fuente
El artículo está disponible en el siguiente enlace (versión original en inglés).
Referencia
You, L., Wang, L., Zhou, S., Guan, Y., Liu, Y., Zhu, R., Chen, H., Guo, J., Li, K., Bao, X., Feng, H., Szeto, I. M. Y., He, J., Wang, R., & He, J. (2025). Comparing the Effects of Dairy and Soybean on Bone Health in Women: A Food- and Component-Level Network Meta-Analysis. Nutrients, 17(17), 2833. https://doi.org/10.3390/nu17172833
Elaboración y revisión del artículo científico
El presente contenido ha sido elaborado y revisado por colaboradores de la Fundación Iberoamericana de Nutrición (FINUT) y de SNH Global


