Las 6 dudas más frecuentes sobre alimentación infantil en farmacia comunitaria

LUIS GARCÍA MORENO
Farmacéutico. Titular Oficina de Farmacia
Dietista-Nutricionista
Vicepresidente de la SEFAC (Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria) en Castilla La Mancha


En nutrición, como en ciencia en general, “las afirmaciones de hoy pueden ser los errores de mañana”; una forma de comenzar en la que pareciera que quiero “curarme en salud”, pero es cierto que debemos ser cautelosos a la hora de realizar indicaciones y consejos nutricionales desde la responsabilidad que conlleva disponer de un altavoz sanitario.

Cada vez son más las consultas realizadas en farmacia comunitaria en referencia a las dudas que suscita la alimentación y la suplementación en la etapa pediátrica. Y cabe puntualizar que como farmacéuticos comunitarios, agentes sanitarios, estamos obligados a dar “consejo nutricional” a la población, y más cuando en nuestra esencia como profesionales sanitarios está actuar desde la prevención1.

Todo hace pensar que con un mejor acceso a las fuentes de información se produciría un mejor conocimiento nutricional y por tanto una mejor alimentación en la etapa infantil. Craso error, puesto que finalmente el exceso de información dificulta discriminar aquella que es realmente relevante y que tiene una base científica contrastada. Los últimos estudios realizados en población infantil: ANIBES, ENALIA, ALADINO y más recientemente el EsNuPi, han mostrado desequilibrios en la alimentación infantil, como exceso en el consumo de proteínas, azúcares y grasas así como déficit de ciertos nutrientes como la vitamina D y los ácidos grasos poliinsaturados omega-3 Docosahexaenoico (DHA)2.

Los profesionales de la Farmacia cada vez recibimos más consultas y asesoramiento en cuanto a la alimentación en la etapa pediátrica. Por no detenerme en todos, algo que por otro lado sería inviable en un artículo, me detendré en seis de las consultas más habituales y daré desde un enfoque científico mi punto de vista en lo referente a este tipo de consultas.

1)¿Cuál es la mejor y más completa leche de fórmula para mi bebé?

En nutrición pediátrica entra en juego, no solo la decisión de los padres sino la opinión de abuelos, tíos, suegros y amigos que aconsejarán en función de sus propias experiencias. Yo siempre les comento lo mismo, haz caso a tu pediatra que es quien mejor conoce a tu hijo y sus necesidades.

Desde la farmacia comunitaria podemos ayudar y orientar en el momento que decidan pasar a una leche de fórmula, siempre advirtiendo de los innumerables beneficios de la lactancia materna tanto para la madre como para el bebé y del unánime consenso científico y de organizaciones internacionales en recomendar la lactancia materna exclusiva al menos hasta los 6 meses para el correcto crecimiento y desarrollo del recién nacido. ¿Hasta cuándo sería necesaria?, la Academy of Nutrition and Dietetics y la American Association of Pediatrics (AAP) recomiendan la lactancia materna exclusiva hasta el 6º mes, en combinación con alimentación complementaria al menos hasta el año de vida (o más) mientras que la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Asociación Española de Pediatría (AEP) alargan este tiempo hasta los dos años, en ambos casos, siempre que la madre y él bebe lo deseen3,4,5,6.

Existen situaciones en las que la lactancia materna no es posible por problemas de salud de la madre o del bebé o simplemente porque debe complementarse. En estos casos debemos utilizar una leche adaptada. Y aunque podemos afirmar que nunca será igual a la leche materna, “fluido vivo” que modifica su composición incluso a lo largo del día distinguiendo los periodos de vigilia y sueño y adaptándose a las necesidades del bebe, es cierto que cada vez se incorporan más componentes para asimilarlas a la leche materna.  Podemos citar uno que se ha incorporado de forma obligatoria recientemente (desde febrero del año 2020), como es el ácido graso poli-insaturado omega-3 DHA7,8.

Hace unos meses realice una revisión de la composición de todas las fórmulas infantiles para un curso de nutrición infantil realizado entre la Sociedad Española de Farmacia Clínica Familiar y Comunitaria (SEFAC) y la Asociación Española de Pediatría (AEP). Lo que corroboré es que la composición está bastante tabulada y encorsetada por los reglamentos europeos en cuanto a la composición de macro y micro nutrientes se refiere, por lo que la diferencia entre marcas es mínima. El carácter más diferenciador se encuentra en los componentes que cada laboratorio añade a su fórmula como pueden ser: probióticos, prebióticos, Oligosacáridos de leche humana (HMO´s), componentes bioactivos de la membrana del glóbulo graso, proteínas de alto valor biológico, etc. Estos componentes no son obligatorios por la normativa actual, pero si aportan un carácter diferenciador en las características de la leche puesto que generan beneficios en la salud y el desarrollo de los niños, y resulta determinante a la hora de decidir por una leche de fórmula u otra.

Otro factor diferenciador es el tipo de formulación: en polvo para reconstituir o formato liquido listo para consumir.

Cuando me preguntan en la consulta de nutrición qué componente es mejor, les contesto como hizo el ministro de exteriores japonés en un viaje oficial a Francia en el que le preguntaron sobre el papel que había tenido la revolución francesa en el orden mundial: “Es demasiado pronto para saberlo”. Lo que suelo recomendar de forma consensuada con el pediatra es una leche de fórmula adecuada para la situación del bebe con una buena relación calidad/precio.

2)¿Es necesario que mi bebé tome cereales?

Los cereales son el primer alimento no lácteo que se suele dar los bebés al inicio de la alimentación complementaria. Actualmente se consumen cereales parcialmente hidrolizados para su fácil digestión. ¿Por qué se toman este tipo de cereales?, pues básicamente porque es una manera de aportar un alto contenido energético en un “espacio reducido” enriquecido con los micronutrientes necesarios para el correcto crecimiento.

¿Realmente son necesarios? No. A excepción la leche materna no hay ningún alimento en concreto que sea necesario hasta los 6 meses, pero es una alternativa a valorar en la alimentación infantil. ¿Y es cierto que tienen mucho azúcar?, pues como diría un buen gallego, depende. Actualmente prácticamente ninguno lleva azúcares añadidos, pero en función de la hidrolisis parcial que se realice al cereal más azúcares libres llevará por lo que debemos elegir y recomendar siempre aquellos que menos azúcares contengan y que lleven más cantidad de fibra9.

3)Yo siempre le hago la comida casera, porque es mejor que los “potitos”. ¿Puedo darle alguna vez tarritos infantiles?

En ocasiones nos comentan que en el periodo transicional siempre le dan a su hijo comida casera “porque es más natural”, y hay veces que también consultan si es mejor el Baby Led Weaning (BLW). La respuesta es que en el periodo transicional el bebé debe probar distintos sabores y texturas siempre adaptados a su edad socializando la comidas con la familia, siempre orientado por un profesional sanitario. No soy partidario de los “fundamentalismos” en el periodo transicional, es bueno que conozcan las distintas alternativas y que consensuen con el profesional sanitario la que mejor se adapte a las necesidades de su bebe. Ante la pregunta muy recurrente sobre si los tarritos infantiles pueden ser una opción, la respuesta es sí. Debemos recordar que los tarritos se elaboran en terrenos auditados con más de 100 controles de calidad, y que su conservación es con tratamiento de presión y calor sin necesidad de conservantes ni aditivos, además se disponen de distintas texturas para adaptarse a cada situación9.

4)Mi hijo tiene un año y 1 día, ¿debo continuar suplementando con vitamina D?

Los lactantes menores de un año con lactancia materna deben recibir un suplemento de 400 UI/día de vitamina D, iniciando su administración en los primeros días de vida. Pero ¿qué debemos hacer a partir del año?, es una pregunta muy recurrente en las farmacias comunitarias.

A priori no se debería suplementar siempre que exista una exposición solar adecuada, siendo la principal fuente la síntesis cutánea. La cantidad de piel expuesta es determinante necesitando al menos un 20%, y esto combinado con el problema de utilizar factores de protección superiores a SPF 8 que pueden llegar a inhibir el 98% de la absorción nos pueden hacer sospechar que a partir del año podría haber déficit de vitamina D.

Y en segundo lugar siguiendo una alimentación rica en alimentos con vitamina D, como pueden ser: huevos, leche, derivados lácteos y algunos pescados azules, que dicho sea de paso no están muy presentes a la alimentación del niño a partir de los 12 meses. Además la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) limita el consumo de pescados azules con contenido moderado de mercurio y recomienda evitar el consumo de aquellos pescados con alto contenido10.

El estudio EsNuPI concluye que la mayoría de los niños entre 1 y 10 años no alcanza las recomendaciones de ingesta de vitamina D y que los niños que utilizan leches infantiles de crecimiento enriquecidas ingieren entre dos y tres veces más cantidad que los que consumen leche de vaca2,11,12. Por este motivo pueden ser tenidas en consideración para incorporar un aporte adicional y de forma sencilla en la dieta habitual del bebé o niño/a.

Existen ciertas situaciones que nos pueden hacer sospechar de un déficit en vitamina D: el fenotipo de piel, la estacionalidad (invierno), patología infecciosa repetida, asma, obesidad, enfermedades autoinmunes, enfermedad cardiovascular y niños prematuros13.

Lo ideal antes de implementar un suplemento farmacéutico por el profesional sanitario sería una confirmación con analítica.

5)¿Siempre que el bebé tenga diarrea o tome antibiótico tengo que darle un probiótico?

La diarrea tiene una incidencia importante en los niños, en España es de 1,9 episodios al año por niño menor de 3 años de edad14,15.

Por lo tanto, esta pregunta se repite mucho en las consultas de atención primaria y en las farmacias en España: ¿es necesario suplementar con un probiótico?. Es fundamental trabajar con protocolos de indicación farmacéutica para este tipo de patología menor, para así saber cuándo derivar, cuando realizar una indicación farmacéutica, y lo más importante, qué indicar en cada caso. Para realizarlo, siempre recomiendo los protocolos de indicación farmacéutica y criterios de derivación al médico en síntomas menores elaborados por SEFAC y avalados por el resto de sociedades médicas de atención primaria (SEMFYC, SEMG y SEMERGEN)

La evidencia en una revisión Cochrane nos dice que la utilización de probióticos en esta patología reduce la duración del episodio de diarrea y la hospitalización16-22, pero es cierto que el efecto va a depender de la cepa que utilicemos y las cepas que tienen un nivel de recomendación fuerte son L.rhamnosus GG y Saccharomyces Boulardii23.

En lo referente a la suplementación con probióticos en paralelo al uso de antibióticos, podríamos destacar que hasta un 62% de niños tratados con antibióticos experimentan episodios de diarrea como resultado de la alteración de la microbiota (disbiosis). La utilización de probióticos puede disminuir  hasta en un 35% en función de la cepa utilizada los episodios de diarrea asociada a antibióticos y hasta un 38% el dolor abdominal24,25. Estos datos justificarían la indicación farmacéutica en este caso.

6)He escuchado la importancia que tiene el DHA en el desarrollo de mi bebé, ¿es necesario que le dé este suplemento?

El ácido docosahexaenoico (DHA) es un ácido graso poliinsaturado de la serie n-3, conocidos comúnmente como omega-3. Este ácido es el último de la cadena y está íntimamente implicado en el desarrollo cognitivo y visual, de ahí la importancia de cubrir las necesidades en la etapa pediátrica26.

¿Sería necesaria la suplementación? Si hay un aporte de alimentos que cubran las necesidades de DHA no sería necesario, aunque cada caso es particular.

La ingesta de DHA recomendada por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) para la población de 0-2 años es de 100 mg/día. Analizando la situación en dos recientes estudios:

– el primero realizado en 76 países mostró que la media de consumo fue de 48,9 mg/día, además el 91% de los países no cubrían las recomendaciones propuestas por la EFSA27,28.

– el estudio EsNuPI ha concluido que los niños españoles de entre 1 y 10 años no alcanzan las ingestas recomendadas de DHA, estando la media de consumo en 20mg/día, 5 veces por debajo de las recomendaciones2.

Además es importante recordar que debe ingerirse el omega-3 DHA puesto que a partir del ácido graso esencial ALA, (ácido alfa-linolénico) es muy complicado obtener el omega-3 DHA por la limitada capacidad y lentitud de nuestro organismo en realizar elongaciones y desaturaciones en las cadenas de ácidos grasos hasta llegar al “deseado” DHA.

Las principales fuentes alimentarias serían: pescados azules (grasos) como el atún, salmón, sardinas, boquerones y anchoas además de algunas microalgas y la leche materna que es muy rica en omega-3 DHA . Con esas fuentes de alimentos nos haría sospechar pudiera haber carencia, dado que no forman parte de la dieta habitual de los niños y por las limitaciones de la AECOSAN descritas anteriormente7,8.

El estudio ESNUPI también ha revelado que el uso de leches infantiles enriquecidas a partir del año podrían ser de utilidad pues los niños que las utilizaban tenían ingestas 4,5 veces superiores que los que no las utilizaban.

Con estos datos y dada la importancia que tiene el aporte de este ácido graso, es muy importante garantizar que se cubren las necesidades sobre todo en la etapa de 0 a 2 años.

PUBLICACIONES


«Especial evidencias Omega 3 DHA»

AUTORES: Instituto Puleva de Nutrición

Bibliografía
1. Orden CIN/2137/2008, de 3 de Julio por la que se establecen los requisitos para la verificación de los títulos universitarios oficiales que habiliten para el ejercicio de la profesión de farmacéutico.
2. Estudio Nutricional en Población Infantil Española (EsNuPI) Principales hallazgos.2021
3. Dietetics, A. o. (2015). Position of the Academy of Nutrition and Dietetics: Promoting an Supporting Breastfeeding. Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics, 115:444-449.
4. Eidelman AI., S. R. (2012). Breastfeeding and the use of human milk: an analysis of the American Academy of Pediatrics 2012 Breastfeeding Policy Statement. Pediatrics, 129(3):E827-E841.
5. WHO. (2013). Essential Nutrition Actions: Improving maternal, newborn, infant and young health and nutrition. Geneva: WHO Library.
6. Pediatría, C. d. (12 de 12 de 2015). Recomendaciones sobre lactancia materna,2012. Obtenido de http://www.aeped.es/comite-lactancia-materna/recomendaciones-comite-lactancia-materna
7. REGLAMENTO DELEGADO (UE) 2016/127 DE LA COMISIÓN de 25 de septiembre de 2015 que complementa el Reglamento (UE) no 609/2013 del Parlamento Europeo y del Consejo en lo que respecta a los requisitos específicos de composición e información aplicables a los preparados para lactantes y preparados de continuación, así como a los requisitos de información sobre los alimentos destinados a los lactantes y niños de corta edad
8. REGLAMENTO DELEGADO (UE) 2021/572 DE LA COMISIÓN de 20 de enero de 2021 por el que se modifica el Reglamento Delegado (UE) 2016/127 en lo que respecta a la fecha de aplicación de determinadas disposiciones.
9. Directiva 2006/125/CE de la comisión de 5 de diciembre de 2006 relativa a los alimentos infantiles para lactantes y niños de corta edad y tarritos infantiles
10. https://www.aesan.gob.es/AECOSAN/docs/documentos/publicaciones/seguridad_alimentaria/RECOMENDACIONES_consumo_pescado_MERCURIO_AESAN_WEB.PDF
11. UTILIZACIÓN DE VITAMINA D EN PEDIATRIA. 26 de marzo de 2019. Autores: Santiago Manzano, Belén Rodriguez, Roi Piñeiro, Esmeralda Nuñez, Raquel Escrig, Lourdes Cabrera, Cristina Calvo.
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13. Mengual Gil JM. Vitamina D por encima del año de vida, ¿es necesaria o está de moda? En: AEPap (ed.). Curso de Actualización Pediatría 2018. Madrid: Lúa Ediciones 3.0; 2018. p. 17-30.
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