Nutrientes del queso podrían aportar beneficios en salud cardiovascular
FEDERICO LARA VILLOSLADA
Doctor en Farmacia por la Universidad de Granada,
Coordinador Científico del Instituto Puleva de Nutrición (IPN)
Director I+D Lactalis Puleva
El consumo de queso se ha asociado comúnmente con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares debido a su alto contenido de ácidos grasos saturados y por su efecto sobre el colesterol o triglicéridos en sangre. Sin embargo, estudios recientes ponen en duda esta asociación.
Una nueva revisión de estudios publicado en Nutrients ha encontrado una asociación inversa entre la ingesta de queso y las enfermedades cardiovasculares. Además, ha revelado que la ingesta de queso podría mejorar determinados biomarcadores cardiovasculares.
Antecedentes
Los ácidos grasos saturados se han relacionado con una elevación del nivel de colesterol asociado a lipoproteínas de baja densidad (LDL) y por tanto con un aumento del riesgo de enfermedades cardiovasculares. En consecuencia, las pautas dietéticas de la American Heart Association y la European Society of Cardiology recomiendan reducir la ingesta de grasas saturadas. Dado que la leche y los lácteos, como el queso, son ricos en estos ácidos grasos, en un principio se recomendó el consumo de productos lácteos bajos o sin grasa.
Sin embargo, estudios más recientes han puesto de manifiesto que no todos los ácidos grasos saturados tienen los mismos efectos sobre la salud, y que aquéllos de cadena corta, mayoritarios en la grasa láctea, podrían tener un efecto neutro o incluso positivo.
Objetivo
El objetivo de esta revisión fue evaluar la relación entre la ingesta habitual de queso con la incidencia de enfermedades cardiovasculares y la presencia de ciertos biomarcadores de salud cardiovascular.
El estudio
Los estudios incluidos en este análisis se publicaron entre 2012 y 2021 y están basados principalmente en población europea, tanto hombres como mujeres.
Se analizó la relación del consumo habitual de queso con la aparición de ciertas enfermedades cardiovasculares: enfermedad coronaria, hipertensión, fibrilación auricular, embolismo pulmonar, ataque isquémico transitorio, etc. Y con datos de ciertos marcadores cardiovasculares: presión arterial sistólica y diastólica, índice de masa corporal, proteína C reactiva, interleucina 6, colesterol HDL y LDL y colesterol total, entre otros.
Resultados
El aumento de la ingesta de queso redujo causalmente los riesgos de diabetes tipo 2, insuficiencia cardíaca, enfermedad coronaria, hipertensión y accidente cerebrovascular isquémico. También se observó evidencia sugestiva de una asociación inversa entre la ingesta de queso y la enfermedad arterial periférica. No se observaron asociaciones para fibrilación auricular, muerte cardíaca, embolia pulmonar o ataque isquémico transitorio.
El mejor pronóstico asociado con la ingesta de queso puede explicarse por un menor Índice de Masa Corporal (IMC), circunferencia de la cintura, triglicéridos y glucosa en ayunas. Hubo evidencia sugestiva de una asociación positiva entre la ingesta de queso y la lipoproteína de alta densidad. No se observaron influencias para los biomarcadores de presión arterial o inflamación.
Conclusiones
Los efectos del consumo de queso sobre las enfermedades cardiovasculares deben considerarse en función de su contenido de nutrientes global, su matriz alimentaria, en lugar de reducirlo a la presencia de un solo componente como la grasa saturada. La última evidencia está revelando que las características físico-químicas y nutricionales de los alimentos pueden influir en los procesos de digestión, absorción y los efectos biológicos posteriores. Sin embargo, parece que las recomendaciones basadas en cantidad de grasas saturadas no tienen en cuenta las matrices complejas y los correspondientes efectos complejos sobre la enfermedad.
Aunque los productos lácteos son ricos en grasas saturadas se están asociando en revisiones recientes con incidencias más bajas de síndrome metabólico, enfermedades cardiovasculares y alteración de la glucemia en ayunas y/o diabetes tipo 2. Por lo tanto, es posible que la acción combinada de calcio, proteínas, probióticos y ácidos grasos de cadena corta existentes en la matriz del queso produzca efectos beneficiosos significativos.
A pesar de que son necesarios más estudios que reafirmen estos resultados en el futuro, el consumo habitual de queso podría abrir nuevas oportunidades para el manejo de ciertas enfermedades cardiovasculares.
Fuente
El artículo está disponible en el siguiente enlace (versión original en inglés).
Referencia
Hu, M.-J.; Tan, J.-S.; Gao, X.-J.; Yang, J.-G.; Yang, Y.-J. Effect of Cheese Intake on Cardiovascular Diseases and Cardiovascular Biomarkers. Nutrients 2022, 14, 2936. https://doi.org/10.3390/ nu14142936