Las 5 dietas más recomendadas para una buena salud cardiovascular

JENNIFER BERNAL
Doctora en Nutrición y Ciencias Interdisciplinarias por la Universidad Simón Bolívar
Colaboradora de la Fundación Iberoamericana de Nutrición FINUT


Los patrones de alimentación han evolucionado significativamente, pasando de un enfoque centrado en nutrientes aislados a uno más integrador que considera las interacciones entre los alimentos y su impacto global en la salud. Esta transición ha permitido comprender que las necesidades de macro y micronutrientes pueden satisfacerse a través de distintos patrones dietéticos, siempre que estén bien estructurados.

Antecedentes

Durante las últimas décadas, las guías dietéticas reflejan la sinergia entre los alimentos y su efecto en la salud cardiovascular. La Asociación Americana de Corazón (AAC) publicó una serie de principios para definir lo que significa una dieta saludable, promoviendo patrones de alimentación que permiten mejorar la salud cardiometabólica y contribuyen a la prevención de enfermedades.

El Estudio

El artículo de Gardner y colaboradores “Patrones dietéticos populares: alineación con la guía dietética 2021 de la Asociación Americana del Corazón: una declaración científica de la Asociación Americana del Corazón” publicado en la revista Circulation, analiza el cumplimiento de diferentes patrones de alimentación con las recomendaciones de la AAC, evaluando si las necesidades nutricionales se satisfacen y fomentan hábitos saludables.

Resultados

De los patrones alimentarios analizados, los que mejor se alinean con las guías de la AAC incluyen los siguientes:

Dieta DASH o Enfoques Alimentarios para Detener la Hipertensión (DASH viene de las siglas en inglés Dietary Approaches to Stop Hypertension) : Se centra en el consumo de frutas, verduras, cereales integrales, legumbres, frutos secos, productos lácteos bajos en grasa y bajo contenido de sodio. Los lácteos aportan calcio y proteínas esenciales, y su versión baja en grasa ayuda a controlar los niveles de colesterol y la presión arterial. El énfasis en reducir el sodio contribuye a disminuir la presión arterial y reducir el riesgo cardiovascular.

Dieta Mediterránea: Promueve el consumo de vegetales, frutas, cereales integrales, legumbres, frutos secos, aceite de oliva y pescado. Se permite un consumo moderado de lácteos, principalmente yogur y queso. Los pescados grasos, como el salmón y las sardinas, son fuentes importantes de omega-3, beneficiosos para la salud cardiovascular. Aunque no es tan estricta con el sodio como la DASH, al basarse en alimentos frescos y mínimamente procesados, suele implicar una reducción natural de la ingesta de sal.

● Dieta Pescetariana: Similar al patrón mediterráneo, pero elimina las carnes rojas. Los pescados y mariscos son las fuentes principales de proteínas. Los pescados ricos en omega-3 son clave en este patrón, mientras que los lácteos pueden incluirse, preferentemente, en versiones bajas en grasa. Dependiendo de la elección de alimentos procesados o enlatados, el sodio puede ser un factor a vigilar, especialmente con los productos del mar en conserva.

● Dieta Vegetariana ovo/lacto: Excluye las carnes y pescados, aunque permite los huevos y lácteos. Estos últimos son una fuente importante de calcio y proteínas, mientras que los omega-3 deben obtenerse de semillas (como chía o linaza) o suplementos de algas.

● Dieta Vegana: Excluye todos los productos de origen animal, incluidos los lácteos, lo que puede dificultar la obtención de calcio y vitamina B12. Los omega-3 se consiguen a través de fuentes vegetales, aunque en menor cantidad y con menor biodisponibilidad que en el pescado. Las versiones veganas de alimentos procesados pueden contener niveles elevados de sodio, por lo que se recomienda priorizar alimentos frescos.

En contraste, los patrones de alimentación como el de las dietas paleolítica o cetogénica evidencian una baja alineación, debido a la restricción de grupos alimentarios esenciales como las legumbres o los cereales integrales y la alta ingesta de grasas saturadas de origen animal. Se describe a continuación la justificación de la baja adherencia a las recomendaciones de la AAC de estos patrones dietéticos:

● Dietas bajas en carbohidratos o cetogénicas: Restringen el grupo de alimentos carbohidratos y elevan el consumo de grasas, a menudo las de origen saturadas. La promoción de los lácteos enteros es común, pero en la dieta cetogénica se favorecen las versiones más grasas (nata, queso). Aunque estas dietas permiten pescados ricos en omega-3, su enfoque en grasas animales puede contrarrestar algunos de sus beneficios. Además, la reducción de alimentos ricos en fibra y el consumo de productos procesados con sal añadida pueden aumentar el riesgo de una ingesta excesiva de sodio.

● Dieta Paleolítica: Se enfoca en alimentos no procesados, como las carnes magras, las frutas, las verduras y los frutos secos, excluyendo los lácteos y los cereales. La falta de lácteos limita la ingesta de calcio, mientras que el aporte de los omega-3 son provenientes del pescado o semillas. Un común denominador de estas dietas es que enfatizan el consumo de los vegetales, las frutas, los cereales integrales y las proteínas de origen vegetal o magras, con grasas saludables como las del aceite de oliva. Dado que evita los alimentos procesados, la ingesta de sodio suele ser baja, a menos que se añada sal de manera excesiva al cocinar.

Factores como la restricción excesiva de ciertos grupos de alimentos o la proliferación de versiones ultraprocesadas de dietas populares dificultan la adherencia y pueden reducir los beneficios esperados.

Conclusiones

Los patrones alimentarios que priorizan los grupos de alimentos integrales, los vegetales y las grasas saludables son los que más se alinean con la salud cardiovascular.
Las dietas muy restrictivas o desbalanceadas pueden comprometer la ingesta adecuada de nutrientes esenciales, afectando la salud a largo plazo.

La presencia de los grupos lácteos bajos en grasa que aportan proteínas de elevada biodisponibilidad, vitamina D y calcio son especialmente relevantes en los patrones dietéticos como la DASH o la vegetariana.

En los patrones dietéticos restrictivos o veganos, nutrientes como los omega-3, presentes en los pescados grasos esenciales para la salud del corazón, pueden verse comprometidos.

En los patrones dietéticos como la dieta DASH, la disminución en el consumo de los alimentos ultraprocesados contribuye a mantener una ingesta adecuada de sal.

Las futuras investigaciones deben centrarse en adaptar los patrones más saludables a las diversas culturas y contextos sociales, facilitando su adopción y sostenibilidad.

Fuente
El artículo está disponible en el siguiente enlace (versión original en inglés).

Referencia
Gardner, C. D., Vadiveloo, M. K., Petersen, K. S., Anderson, C. A., Springfield, S., Van Horn, L., … & American Heart Association Council on Lifestyle and Cardiometabolic Health. (2023). Popular dietary patterns: alignment with American Heart Association 2021 dietary guidance: a scientific statement from the American Heart Association. Circulation, 147(22), 1715-1730.

Elaboración y revisión del artículo científico
El presente contenido ha sido elaborado y revisado por colaboradores de la Fundación Iberoaméricana de Nutrición (FINUT)

PUBLICACIONES


«El estilo de vida cardiosaludable»

Autores: Instituto Puleva de Nutrición

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