Dietas vegetales (plant-based) y su relación con el riesgo de fragilidad en adultos mayores

FEDERICO LARA VILLOSLADA
Doctor en Farmacia por la Universidad de Granada,
Coordinador Científico del Instituto Puleva de Nutrición (IPN)
Director I+D Lactalis Puleva


Las dietas como la mediterránea y otras similares con un frecuente y elevado consumo de frutas y verduras se han relacionado con un menor riesgo de fragilidad en adultos mayores. Sin embargo, según un reciente estudio publicado en Journal of Cachexia, Sarcopenia and Muscle no todas las dietas que presentan un alto consumo de productos de origen vegetal son igual de saludables.

Antecedentes

Las dietas basadas en plantas se caracterizan por un alto consumo de alimentos vegetales y una ingesta baja o nula de alimentos de origen animal. En los últimos años han ganado atención debido a sus supuestos efectos beneficiosos sobre la salud. Sin embargo, también han despertado la preocupación por las posibles deficiencias nutricionales que podrían vincularse a las mismas, como de vitamina B12, calcio o proteínas, algo especialmente relevante en los adultos mayores porque las deficiencias de micronutrientes (incluyendo vitamina D, carotenoides, vitaminas B12, E o C) y macronutrientes (incluyendo la ingesta de proteínas), están asociadas con un mayor riesgo de fragilidad.

Estudios previos habían demostrado una asociación positiva entre varias dietas ricas en frutas y verduras, como la dieta mediterránea y la dieta DASH, con un menor riesgo de fragilidad. Sin embargo, no todas las dietas ricas en alimentos de origen vegetal son necesariamente saludables. De hecho, la calidad de los componentes de sus alimentos es considerablemente importante ya que una dieta con un elevado consumo de zumos, cereales refinados o bebidas con azúcar añadidos se asocia negativamente con las enfermedades crónicas. En sentido opuesto, un elevado consumo de cereales integrales, frutas, verduras y proteínas de origen vegetal de legumbres, frutos secos y tofu presentan un efecto beneficioso.

Objetivos

Evaluar la asociación entre la calidad de las dietas basadas en plantas y el riesgo de fragilidad en adultos mayores.

El estudio

La cohorte prospectiva consistió en 82.234 mujeres ≥ 60 años seguidas desde 1990 hasta 2014 y la calidad de la dieta basada en plantas se evaluó con dos índices (rango de 18 a 90 puntos):

• Índice de dieta basada en plantas saludables (hPDI), donde los alimentos vegetales saludables (cereales integrales, frutas, verduras, nueces, legumbres, aceites vegetales y té/café) recibieron puntuaciones positivas.

• Índice de dieta basada en plantas no saludables (uPDI), donde se otorgaron puntuaciones positivas a los alimentos vegetales menos saludables (zumos de frutas, cereales refinados, patatas, bebidas azucaradas, dulces y postres).

La incidencia de fragilidad y la ingesta dietética se evaluaron cada 4 años. La primera definiéndose por tener tres o más de los siguientes cinco criterios de la escala FRAIL: fatiga, baja fuerza, capacidad aeróbica reducida, tener ≥5 enfermedades y pérdida de peso ≥5%; y la ingesta dietética mediante un cuestionario de frecuencia de alimentos validado.

Resultados

Un incremento de 10 unidades en el hPDI se asoció con un riesgo relativo de un 19% menor de fragilidad. Por el contrario, se encontró una asociación positiva entre el uPDI y el riesgo de fragilidad, lo que sugiere un efecto protector de los alimentos vegetales saludables frente a la ingesta de alimentos menos saludables o alimentos de origen animal sobre el riesgo de fragilidad.

Los mecanismos subyacentes a estos hallazgos pueden involucrar componentes específicos del hPDI, como antioxidantes, ácidos grasos insaturados, fibra dietética y micronutrientes, incluidas vitaminas y carotenoides. Componentes que se han relacionado con indicadores más bajos de inflamación y que pueden ayudar a contrarrestar el estado de inflamación crónica que subyace a la fragilidad. Además, un mayor consumo de frutas y verduras que tienen una alta capacidad antioxidante puede reducir el riesgo de fragilidad. De hecho, estos y otros componentes de una dieta saludable a base de plantas, como los aceites vegetales o los cereales integrales, así como el hPDI general, se han relacionado con una menor incidencia de enfermedad cardiovascular, obesidad o diabetes, que son factores de riesgo de fragilidad.

Conclusiones

Una mayor adherencia a una dieta saludable basada en plantas, rica en frutas, verduras, cereales integrales, nueces y legumbres se asoció con un menor riesgo de fragilidad, mientras que una dieta poco saludable basada en plantas caracterizada por una mayor cantidad de zumos, cereales refinados o bebidas azucaradas se relacionó con un riesgo mayor. Estos hallazgos respaldan un cambio global hacia dietas saludables basadas en plantas en adultos mayores para prevenir la fragilidad y resaltan la importancia de la calidad de los alimentos vegetales para lograr este objetivo.

Fuente

El artículo está disponible en el siguiente enlace (versión original en inglés).

Referencia

Sotos-Prieto, M., Struijk, E. A., Fung, T. T., Rodríguez-Artalejo, F., Willett, W. C., Hu, F. B., and Lopez-Garcia, E. (2022) Association between the quality of plant-based diets and risk of frailty, Journal of Cachexia, Sarcopenia and Muscle, 13, 2854–2862 https://doi.org/10.1002/jcsm.13077

PUBLICACIONES


«El estilo de vida cardiosaludable»

AUTORES: Instituto Puleva de Nutrición

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